Uno de los jóvenes torturados reconoció a los seis policías.

Mario Luis Rodríguez, una de las víctimas, observó el video de 2011 donde lo someten a vejaciones.
Ninguno de los efectivos acusados declaró en el primer día del juicio. Para hoy se espera a la plana mayor de la fuerza.
Los policías que sometieron a vejámenes a dos jóvenes en julio de 2011 en el patio de la comisaría 11 de General Güemes son juzgados desde ayer por la Sala III del Tribunal de Juicio. El Salón de Grandes Juicios Miguel Ragone es el lugar escogido para llevar a cabo las audiencias de debate. En el primer día declaró Mario Luis Rodríguez (24 años), una de las víctimas. Por su parte, ninguno de los seis efectivos quiso declarar.
La audiencia inicial arrancó pasada las 9.30. Un importante número de personas estuvo presente, el personal del Poder Judicial preparó el Salón con la instalación de una pantalla gigante con retroproyector, a través del cual se observaron las violentas imágenes en las que los policías someten salvajemente a los detenidos a torturas conocidas en el ambiente como el "submarino seco".
Antes de encender el proyector se llevó a cabo el proceso protocolar que tiene lugar en toda audiencia. Se leyó la requisitoria -acusación- a cargo del representante del Ministerio Público Fiscal, representado por Horacio Córdoba, lectura que se extendió por más de 30 minutos dado el número de imputados que tiene la causa. Luego, la jueza integrante del Tribunal de Juicio, Carolina Sanguedolce (presidenta), procedió a preguntar si los acusados harían uso de su derecho a declarar antes de iniciar la audiencia. Ninguno de los seis quiso hacerlo, de todas maneras podrán hablar en el transcurso de las audiencias, solicitud que sus respectivos defensores deberán realizar.
A continuación, el Tribunal de Juicio, integrado también por los vocales Martín Pérez y Mónica Mukdsi, hizo ingresar a una de las víctimas, Rodríguez, torturado en julio de 2011 en la comisaría 11 de General Güemes. Tras su juramento frente al Tribunal, le mostraron al joven las imágenes del video que desencadenó la investigación de los hechos. Luego de observar las vejaciones a las que fue sometido, intervinieron las partes con distintas preguntas. En ese momento, antes o posterior a las consultas, el proyector se iba deteniendo al compás del interrogatorio. Además, a Rodríguez también le exhibieron fotos de las torturas.
Fue un momento contundente en el Salón Miguel Ragone. La víctima, quien fuera detenido en esa oportunidad junto a Miguel Ángel Martínez (27) por robo calificado, reconoció a cada uno de los policías imputados: Marcos Gabriel Gordillo, Héctor Raúl Gabriel Ramírez, Leonardo Esteban Serrano, Matías Eduardo Cruz y Alberto Antonio Ontivero, acusados por el delito de imposición de torturas. También a Roberto Augusto Barrionuevo, acusado por omisión de denuncia del delito de tortura, que fue quien tomó las aberrantes imágenes. Las audiencias del juicio contra los seis policías acusados de torturas se extenderán hasta el lunes 4 de abril.

Lami y Sylvester, al banquillo
Para la jornada de hoy está previsto que declare la otra víctima, Miguel Ángel Martínez, quien permanece privado de la libertad por otro delito. Junto a Rodríguez son conocidos en el ambiente delictivo de Güemes. Además, se espera también la presencia del jefe de la Policía provincial, Marcelo Lami, y el exsecretario de Seguridad, Eduardo Sylvester.
Los actores que intervienen en la causa contra los seis policías de Güemes, acusados de torturas y omisión de denuncia, son: Horacio Córdoba, fiscal Penal 6; Gustavo Vilar Rey, fiscal de Derechos Humanos; Miguel Martínez y José Ramón Fernández, a cargo de la actoría civil, y Pedro García Castiella, querellante.
"No son policías, son delincuentes"
En julio de 2011 el secretario de Seguridad, Eduardo Sylvester, denunciaba el accionar de los policías torturadores de Güemes. "No son policías, son delincuentes", manifestaba. Las imágenes registradas por uno de los imputados, Roberto Barrionuevo, expresan viejas formas de torturas empleadas por las fuerzas de seguridad. El cabo Marcos Gordillo le aplica el "submarino seco", una de las torturas más antiguas, que consiste en ponerle una bolsa en la cabeza del torturado hasta que su propia respiración lo ahoga.
Fuente: El Tribuno