"Si no querés pasar tormentos, les decís lo que ellos quieren escuchar".

También declaró Lami, jefe de la Policía, el subjefe y la por entonces jefa de la comisaría 11 de Güemes. Miguel Martínez, uno de los jóvenes torturados, relató los martirios a los que fue sometido.
Escalofriante. Miguel Ángel Martínez (27), uno de los jóvenes torturados por policías en 2011 en la comisaría 11 de General Güemes, declaró ayer ante el Tribunal de la Sala III del Tribunal de Juicio. Su relato fue escalofriante. Ante la pregunta de la presidenta del tribunal, Carolina Sanguedolce, sobre si conocía a los imputados, la víctima respondió: "Sí los conozco. A todos, de Güemes, de la comisaría. Yo anduve en ambientes que no eran buenos, de la droga. Por eso los conozco".
"Fui detenido una noche en el barrio San Isidro y trasladado en un móvil, a la 11, con otro chango, Ruiz. Tiempo después se suicidó. A la mañana fui llevado a una habitación por Gordillo y Ramírez. Me hacían preguntas sobre cosas extraviadas, perdidas. Después me pusieron la bolsa", aseguró el muchacho, detenido actualmente por otro delito.
"A la tarde nos sacaron junto con Rodríguez (el otro torturado) al patio de la comisaría. Buscaban respuestas y nosotros no sabíamos nada", aclaró. "Me sentaron en una silla. Fuimos esposados, mojados. Hacía frío. Nos desnudaron. Nos tiraron agua. No sabíamos nada de lo que preguntaban. Me pusieron de rodillas. A Rodríguez le pusieron la bolsa. A mi me torturaron con agua, con las manos para arriba. Empezó la serie de torturas. Los acusados estaban todos aquí presentes", declaró.
"Barrionuevo filmaba y llenaba baldes. Los otros hacían preguntas y al no responder implementaba eso de ponerte la bolsa", dijo. "Te falta el aire. Son momentos de tormento psicológico para hacerte hablar. No me podía mover mucho. Estaba esposado de espalda. Era objeto de total sometimiento a estas atrocidades por parte de ellos", aseguró.
"Vos ya estás desnudo, en calzoncillo, esposado, de espalda y empiezan a preguntarte. Te ponen una bolsa para ejercer presión y hacerte hablar, cantar. Es el mecanismo de todos los vejámenes. Se practicó conmigo más de una vez lo de la bolsa, que te peguen en los testículos, cintarazos, cachetadas, te tiran agua", hizo hincapié.

El joven aseguró que "antes y después de esta filmación sufrí tormentos en manos de estos tipos. No denuncié porque otras personas a las que les pasaba lo mismos no les prestaban atención. La Justicia no hacía nada. La cagada era peor para los chabones. Si no se filmaba esto iba a seguir así y no pasaba nada", seguro.
"Yo gritaba, pedía por favor que me dejen un rato. La bolsa era de mercado, de plástico. Yo la llegué a romper de la desesperación pero utilizaban hasta tres bolsas juntas para que no se rompan. Cuando estas mojado la bolsa se te pega en la cara", expresó.
El día de la filmación
"Ese día Serrano me sacó de la celda y me llevó. Se quedó en el patio. Hacía que yo esté de rodilla. Me levantaba los brazos, me daba un par de patadas. Había un grupo que estaba trabajando con Mario. Yo estaba en el fondo. Cruz tiraba agua. Ontiveros era cabo de guardia y tenía que hacerse cargo. No podía exponernos a ese trato. Le importaba nada lo que nos pasaba. Esto era un ritual que pasaba siempre", declaró Martínez. "Ontiveros estaba uniformado y el resto de civil. Ramírez hacía las preguntas o todos preguntaban a veces. En un momento Ramírez dijo: "este me está gambeteando, mandale la bolsa'' y Gordillo ponía la bolsa", agregó.
"¿Qué sintió?", le preguntó el fiscal Córdoba a la víctima. "Es una tortura psicológica. Se te acaba el aire. No podés más. Tratás de escapar. Te sacan la bolsa y respiras un poco. No querés volver a experimentar lo mismo. Quedás muy asustado. Yo respondía. Hasta tuve que inventar para que me sacaran la bolsa y poder tomar un poco de aire. No le conté a muchos esto. A mi familia muy poco y cuando salió la filmación recién hablamos", sostuvo.
Otro escenario
No solo el patio de la comisaría 11 habría sido escenario de torturas, sino la ruta nacional 34. "Una vez me sacaron al costado de la ruta 34 camino a Pampa Blanca, en la zona de los Eucaliptos. Dentro de un Ford Falcon recibía lo mismo. Esposado en la espalda y ellos me ponían la bolsa. Muchas veces he entrado en la comisaría también sin que se registrara mi entrada, ni salida, solo para esos tratos. Otros policías me veían ingresar y hacían la vista gorda. Iba directo al patio", expresó Martínez.
"Si no querés pasar muchos tormentos, agarrás y les decís lo que ellos quieren escuchar", lanzó la víctima y la sala quedó en silencio por unos segundos. "Ahora estoy en el penal y me crucé a los imputados un par de veces. "Eh mamita'', me dijo Gordillo una vez y yo traté de ignorarlo", contó.
Más víctimas, victimarios y testigos
Martínez señaló que conoce gente "torturada igual que nosotros". Al ser consultado por el fiscal penal sobre quiénes son, respondió: "Héctor Lance, Facundo Hurtado y Elvio Díaz. A Díaz lo hicieron cagar más que a nosotros", sostuvo.
En relación con los imputados en la causa, aseguró: "Faltan personas, gente que ha sido parte de este grupo de policías de civil: el Mono Quispe, Negro Cardozo y una mujer, Cheli Ríos". Los dos primeros seguirían trabajando en la comisaría 11. "En las filmaciones no salen pero faltan", hizo hincapié. Martínez aseguró que existen dos testigos de los vejámenes: "Claudio Ibarra y Néstor Valdez, quienes se colgaban por una ventanita para ver, escucharon y vieron cosas".
El jefe de la Policía, Lami, pidió que se haga "justicia"
Posiblemente hoy declare Eduardo Sylvester, ex secreario de Seguridad. La comisario Beatriz Campos fue la primera en declarar en la jornada de ayer. La mujer era la jefa de la comisaría 11 de General Güemes en el momento de las torturas. Aseguró reconocer a Gordillo en las imágenes. El jefe de la Policía, Marcelo Lami, fue el segundo en declarar. "Personalmente no conozco a los imputados, pero los ubico por razones laborales. Que se haga justicia", dijo al principio.
"Ese día tomamos conocimiento con el subjefe. Vimos el video. Le transmito esto a Sylvester. Le pedí al subjefe que vaya a Güemes a resguardar pruebas, ya que el tema se había hecho público. Con Sylvester hicimos la denuncia. Era un delito grave. Estábamos haciendo la denuncia judicial, más siendo un caso tan serio y grave como las imágenes lo mostraban. Mientras iba a la Ciudad Judicial me aportaban nombres de personas. Yo pedía que si lograban identificarlos en la filmación me lo transmitieran para aportarlo en la denuncia. Estaban el jefe de personal y el comisario Montero", manifestó.
El querellante, Pedro García Castiella, le consultó si le resultó confiable la identificación, y Lami respondió "No dudé de lo que se aportó. Esta es una causa muy seria".
Por su parte, el subjefe de la fuerza, Mauricio Silvestre, dijo que en aquel entonces participó de una reunión en un despacho de la jefatura con jefes y directores, donde se proyectó el video. Luego recibió la orden de desplazarse para hacer tareas de inteligencia en el lugar. "Tomé datos esperando las directivas del jefe y el secretario. Nos juntamos con jefes en Güemes para ahondar sobre quienes podían ser. El video no era muy nítido. Luego, a la noche, se concluyó un informe atento a un relevamiento, observación y aportes de jefe", concluyó.
Fuente: El Tribuno