Pudo ser un terrible caso más, pero el valor de un nene de sólo 9 años lo salvó de una huella imborrable.
El fin de semana pasado, una mamá dejó a su hijo menor al cuidado de un sobrino de 18 años. Al quedar solos, este último encerró en el baño a su primo, e intentó abusar de él. Fue en ese momento en que el pequeño tomó un haragán entre sus manos y propinó golpes a su abusador; segundos después escapó.
Al reunirse con su madre, le contó lo sucedido e inmediatamente la mujer radicó la denuncia policial. La Justicia dispuso su identificación y la prohibición de acercamiento al menor.
Fuente: AM 840 Radio Salta