Le duplican la tarjeta y le roban online, tras un pago en un comercio.

Adquirió un celular en la peatonal Florida. Días después le robaron por la web. Para el fiscal, solo es estafa. El cliente logró abortar parte de las compras "truchas".

Una joven estudiante de la UNSa. resultó despojada de todo el margen de compra de su tarjeta de crédito días después de que realizara una compra en la peatonal La Florida, primera cuadra. La estudiante de Ciencias Económicas relató a El Tribuno el despojo que sufrió de parte de los propietarios o empleados de un agente oficial de la empresa de telefonía Claro, donde había concurrido a adquirir un celular que pagó mitad en efectivo y mitad con su tarjeta de crédito.
La joven aseguró que estuvo a muy poco de perder el dinero que tenía para solventar sus gastos mensuales. Y que la desazón fue aún peor cuando, tras hacer la denuncia, el delito informado fue calificado "en grado de tentativa" y como "estafa".
"Es un robo. Es despojarte de tu dinero utilizando la fe pública, falsificando un plástico, hackeándote la clave, asumiendo tu identidad y si vamos más lejos hay una posible connivencia entre los propietarios y quien finalmente utilizó los datos de los clientes del negocio para robarles", dijo con amargura.
La estudiante aseguró que tras el revés en la Justicia salteña decidió hacer público el incidente y que hoy su mayor preocupación es hacer conocer el hecho para que miles de salteños no sean víctimas de delitos informáticos, al entregar su tarjeta de crédito en manos inescrupulosas.
La crónica corresponde en tiempo y forma a la víctima, identificada como Natalí E.
"A las 10.42 am del miércoles recibí dos mensajes de tarjeta Naranja donde se me informó sobre una compra realizada a esa hora y por los siguientes montos: 800 y 990 pesos efectuadas en la empresa Dafiti.com.ar., con domicilio en la ciudad de Buenos Aires".
La compra se realizó el 25 de marzo, aunque ella no vio cuando el empleado pasó la tarjeta por el posnet. A los minutos, la joven recibió el mensaje de la tarjeta informándole de su operación. "Llegó gracias a que estoy adherida a un servicio al celu que proporciona tarjeta Naranja que consiste en informar a los clientes cada vez que se realiza una compra".
Advertida la situación y "con la completa certeza de que no realicé ninguna compra en esa página en los últimos 30 días, accedí a la cuenta que tengo en Dafiti para cerciorarme si había un pedido pendiente de entrega. Pensé que quizás la empresa se había equivocado, aunque es casi imposible. No encontré nada. Entonces, me comuniqué con la empresa Dafiti y les solicité que me explicaran los cargos efectuados a mi tarjeta".
En la comunicación, vía chat, "la señorita de atención al cliente -Stephany- pudo localizar la compra y me proporcionó el nombre de la persona que la efectúo con mi número de tarjeta pero utilizando otra dirección de e-mail, con su nombre real o ficticio no lo sé, es decir con una cuenta distinta a la mía. En ese momento Stephany me preguntó si conocía a Rodrigo Matías Rosales. No lo conozco, le dije. Así que la empresa anuló la operación".

Investigación personal
La joven dijo que, amargada por las respuestas de la Justicia, llamó a la agencia de celulares y preguntó si Rosales trabajaba allí. Le dijeron que sí pero que en ese momento no estaba en el plantel.
Corroborado el hecho de que el joven que dio su nombre y domicilio para recibir la compra "trucha" tiene vinculación con la agencia de telefonía, denunció el caso con nombre y apellido.
La estudiante expresó que se vio perjudicada en todo sentido. "Tuve que denunciar como robada mi tarjeta, con lo cual perdí el crédito con el que se movilizaba a diario; además, un hecho como este te hace perder la confianza en el sistema crediticio on line", se molestó. A esto sumó "la incertidumbre de saber que me quedé sin mi fuente de financiamiento por tiempo indeterminado, todo gracias a la inescrupulosidad de algunos comerciantes o de los empleados a cargo".

Astucia del hácker informático
Natalí E. relató a El Tribuno que quien operó su tarjeta, para asegurarse que el titular del plástico no se enterara, esperó la fecha de vencimiento, por lo que la joven sospecha que hizo un pormenorizado estudio de las posibilidades económicas de su víctima. "Recién me iba a enterar de este hecho con el resumen de mayo, cuando ya nada podría hacer para reclamar. Lo que no sé es si esta persona dio su nombre real o ficticio -dijo-. Es increíble que rastreó un comercio donde yo tenía cuenta, para que no hubiera sospechas".

La web
Las empresas de compra on-line envían sus productos de dos maneras: 1) Envío a domicilio por mensajería. Si quien hackeó la tarjeta pidió envío a domicilio este fue el medio utilizado, en cuyo caso la empresa conoce esa dirección (información que no fue cedida).
2) Retiro por sucursal, en donde el control es aún más estricto pues exigen la presentación de DNI del titular que figura en la encomienda o si lo retira un tercero se requiere la presentación de una autorización firmada más el DNI del titular.
La estudiante aseguró, apenas enterada del hecho, que comenzó en pocas horas a desandar el camino de su dinero on line. "Como usuaria y conocedora de las ventajas que ofrece la web, busqué en Anses al sujeto y resulta que solo hay uno en Salta", contó.
Eso le hizo sospechar que el hombre dio su nombre real (de lo contrario le resultaría difícil recibir la encomienda). "De ahí relacioné que hace unos días compré un celular en un negocio que vende productos de la empresa Claro, ubicado en peatonal Florida al frente de un supermercado; ahí me pidieron la tarjeta y allí es donde centro toda mis sospechas".

Otro caso en la terminal
El caso denunciado por la estudiante de la UNSa. no es el único. Hace tres meses, Ester R. fue a la terminal de ómnibus a comprar un pasaje para una de sus hijas que debía viajar a Córdoba, y luego compró un regalo en un local de ese edificio. La operación fue realizada también con Tarjeta Naranja y sin que ella viera cuando pasaban el plástico por el posnet.
Eran las 17 horas y el viaje se realizaba ocho horas después. Cuando la joven ya estaba en el colectivo, le llegó un mensaje por una compra de más de $2.000 que no había efectuado.
Inmediatamente dio aviso a su madre para que anulara la operación "trucha".
Luego, Ester R. hizo una denuncia en la Policía para que buscaran al responsable del delito. Incluso días después hizo una ampliación presentando el resumen de su tarjeta en el que figuraba la compra anulada. "Me cansé de tener que ir a la policía y hacer trámites sin que identificaran al que hizo la compra. Al final levanté la denuncia", contó ayer a El Tribuno.

Recomendaciones

Irregularidad. Si se detecta que alguien realizó compras a nombre suyo se debe radicar una denuncia por desconocimiento de compra.

Seguridad. Si una persona detecta que fue víctima del robo de su clave debe hacer la denuncia para que bloqueen la tarjeta y generen una nueva y clave.

0800. Si es una marca de tarjeta respaldada por un banco, la denuncia se hace al call center. Por ejemplo, el del banco Macro es el 0810-555-2355.

Veracidad. Tras la denuncia, empieza a actuar la marca de la tarjeta con el banco y el cliente. También se verifica si la denuncia es verdadera o falsa.
Fuente: El Tribuno

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