Un río de lodo cubrió las calles de la zona norte


En el barrio Autódromo baja barro desde el cerro San Bernardo e ingresa en las viviendas.

En un terreno de 340 m2, ubicado en la intersección de las calles Domingo Marimón y Ernesto Blanco, del barrio Autódromo, una vivienda recibió de lleno el impacto del temporal que se desató entre la noche del miércoles y la mañana de ayer. Un río de lodo bajó desde el cerro San Bernardo e ingresó incontrolable en la precaria casa de Carmen Rosa Cayo. Pero también afectó los domicilios de otros vecinos. Todos pasaron la noche improvisando barreras con distintos materiales para resguardar sus propiedades.

La mañana encontró a la mayoría cavando zanjas para contener el agua y paleando para deshacerse de los 15 cm de barro acumulado. Incluso algunos, como Carina Pérez y Florencia Anave, debieron lidiar con el rebase de las cámaras sépticas de sus casas. Los moradores de esas dos calles y de la Tadeo Tadía denuncian que en 2013 efectuaron diversos reclamos por escrito a la Secretaría de Ambiente, Obras y Servicios Públicos municipal para pedir una solución.

Desde la Coordinación de Obras Públicas les habían propuesto la canalización desde la Ernesto Blanco hacia la Domingo Marimón, por el terreno de Cayo. Incluso las tres familias cuyos lotes iban a ser afectados concordaron otorgar el paso de servidumbre para que pudiera efectuarse la obra. A pesar de ello, los vecinos nunca fueron notificados de que se hubieran fechado o presupuestado los trabajos. Ahora los esperanza que los recibirá el presidente del Concejo Deliberante de la ciudad, Ricardo Villada. La cita está pautada para el 6 de marzo, a las 19.

Mal acostumbrados
Carmen Rosa Cayo (61) vive en el barrio Floresta Norte, donde alquila una pieza por $1.500. Allí se acomoda como puede con sus nietos Celso (22) y Ángel Rodríguez (19). Los muchachos trabajan y duermen a contraturno y Carmen dice que así, involuntariamente están en sintonía con la estrechez e incomodidad del lugar. Ellos aspiran a que mejoren las condiciones de habitabilidad del terreno del Autódromo para afincarse en ese espacio. Actualmente su abuelo, Saturnino Jaimez (61), ocupa el lugar. Saturnino le muestra a El Tribuno el estado en que quedaron tras el temporal las dos habitaciones de la casa, una construida y la otra de bloques superpuestos. En ambas, piedras refuerzan la estabilidad del techo de chapa.

La huella del nivel del agua que había bajado bordeaba peligrosamente las tomas de corriente. Sobre las paredes las goteras del techo casi se tocaban con las húmedas sombras -de menor o mayor data- que habían dejado otros anegamientos. Carmen y Saturnino cuentan que estaban acostumbrados a las inundaciones, pero que hubo un antes y un después de la construcción de la urbanización Altos de San Bernardo, que comercializa lotes desde 250m2. "Antes bajaba agua sí, pero no lodo. Nunca vivimos una situación como la de ahora", lamentó Carmen.

Gestión vecinal

"El problema se originó cuando a principios de 2013 en un sector de las calles Blanco y Tadía se niveló un terreno al pie del cerro para utilizarlo como cancha de fútbol. Para ello se sacó tierra de la calle Marimón y el agua de lluvia que baja del cerro buscó salir por algún lado y terminó en la mitad de la calle Blanco, entre Tadía y Marimón. Ahora con los desmontes todo se agravó", relató Lila Alfaro, una vecina del Autódromo. Lila agregó que su casa está sobre la Domingo Marimón y le inquieta que cuando llueve torrencialmente el agua socave las paredes laterales de su vivienda y provoque que esta se derrumbe. "Durante el periodo de lluvias vivimos en constante tensión. A veces Saturnino Jaimez tuvo que autoevacuarse y todos los vecinos tememos que su precaria vivienda se le venga encima", agregó. Los vecinos permanecen a la espera de una pronta solución que resguarde sus vidas y bienes.
Fuente:El Tribuno

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