Detuvieron a otro policía en Tartagal.

Ya son dos los sargentos acusados de vender motocicletas secuestradas en diferentes procedimientos
Un sargento de la Policía de Tartagal quedó detenido por orden del fiscal penal Armando Cazón en el marco de la investigación que se inició con la denuncia contra otro efectivo de la misma fuerza y su posterior detención. Se trata de Carlos Tapia, que como sucedió con el sargento Alejandro.
Albarracín, también presta servicios en la Comisaría 42. Según se conoció, a pesar del hermetismo de la fuerza, el sábado pasado alrededor de las 4 de la tarde Tapia se presentó en la dependencia y le hizo entrega a la oficial de guardia de una motocicleta que se encontraba en su poder y que desde el año 2013 la utilizaba como propia. Refirió que se trataba de una unidad secuestrada en un procedimiento anterior. Tapia entregó, además, una importante suma de dinero y manifestó que se trataba del cobro por contravenciones realizadas tiempo atrás. El sargento se negó a firmar el acta de entrega de la moto y del dinero y por esta situación reportó el hecho a sus superiores. En la noche del domingo Tapia quedó detenido acusado de los delitos de falta a los deberes de funcionario público, apropiación indebida y supuesto peculado. y en la mañana de ayer fue indagado por el fiscal Cazón, quien le denegó el pedido de eximición de detención. Con la detención de Tapia son dos los policías de Tartagal acusados por hechos graves. En el primer caso la detención del sargento Albarracín se produjo luego de que su expareja lo acusara de que le pasaba información a sujetos que actuaban al margen de la ley. Además, la denunciante manifestó que el efectivo vendía motos que se encontraban en un depósito de la Policía. Ayer Albarracín, por segunda vez consecutiva, se negó a declarar ante el fiscal Cazón .

Con la venia de sus superiores
Carlos Tapia el segundo sargento detenido es cuñado de Albarracín y se desempeñaba como encargado del depósito donde se guardan las motocicletas y otros elementos producto de diversos secuestros que llevan adelante las diferentes dependencias. El uniformado reconoció haber devuelto una moto que tenía en su poder hacía más de un año y el dinero en efectivo cobrado a un infractor por una contravención. "Lo hice con la autorización de mis superiores", dijo Tapia, pero se excusó de identificarlos. Los dichos del sargento no hace más que abrir aún más los interrogantes respecto del accionar de algunos efectivos policiales.
Fuente: El Tribuno

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