Su hija, Milagros Luisana Cabrera, fue discriminada en dos escuelas de esa ciudad debido a sus limitaciones motrices. La niña, de 5 años, sufre de una incapacidad motora, pero ninguna a nivel cognitivo.
Cabrera, sostiene que las escuelas rechazaron la inscripción de Milagros para el ciclo lectivo 2015 basándose en excusas. La primera en negarle un asiento fue la institución privada, Divino Niño. En septiembre pasado, la directora del establecimiento, Norma Sosa, había confirmado que tenían un lugar para su hija. La cosa cambió a la hora de realizar las inscripciones, ocasión en que se adujo que se había acabado el cupo y que la prioridad la tenían los hijos del personal penitenciario.
En la Escuela Justo José de Urquiza, ubicada en el centro de la ciudad, la respuesta también fue negativa sin que se dieran mayores precisiones de las razones.
Una consecuencia directa de la falta de asistencia a clase, es el atraso en la evolución de la condición de Milagros. Los especialistas que la atienden afirman que el contacto con otros niños es una ayuda importantísima para su desarrollo motor.
Recordemos que la ley de educación especial postula el derecho a la educación de todas las personas con discapacidades temporales o permanentes.
Fuente: El Tribuno
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